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Como en el proceso de secado se utiliza fuego, y dado que nuestro curtido es al natural (base a extractos de la cáscara de los árboles), las pieles secas quedan duras o "paludas". Para aflojar las hojas anteriormente se utilizaba un procedimiento demasiado rudimentario; se enrollaban los cueros y, por medio de un palo, se le daban de garrotazos hasta que se aflojaran por completo.
En la actualidad contamos con una maquina ablandadora, la cual funciona a base de pistones que van golpeando toda la superficie de la piel hasta lograr el aflojado deseado