La historia del inicio de ésta Tenería se remonta al año de 1840, cuando en aquellos años nuestro tatarabuelo comenzó su carrera de curtidor, instalándose en la casa donde actualmente funciona esta Tenería, en la Cd. de Teocaltiche, Jalisco, México
Su proceso, confiable y muy escrupuloso tenía un tiempo de curtido de 2 años, impregnándole a los cueros de res un curtido suave, resistente a las condiciones climatológicas adversas y una muy firme durabilidad
Su hijo, nuestro bisabuelo, continuando con la tradición del curtido, y buscando eficientar la producción, logró reducir el proceso de curtido a 1 año.
Para el año de 1900 fecha que de alguna manera la población la consideraba histórica, nació nuestro abuelo y, para celebrarlo, nuestro bisabuelo mando perforar un pozo para el abastecimiento de agua con una profundidad de 35 metros, poniendo en el brocal del Pozo una placa labrada en cantera con la fecha de 1900, placa que se conserva hasta hoy en nuestros días.
Nuestro abuelo con un impetu de empresario, amplió aun más el mercado de ésta empresa, ya que no solo se dedicaba al curtido de la piel, también se dedicó a trabajarla, contratando para ello a talabarteros para que le fabricaran monturas, huaraches, cintos, arciones, collares para yunta, etcetera, y con el fin de poder surtir el mercado, logro reducir el proceso de curtido a 6 meses.
Nuestro padre junto con uno de sus hermanos, en su juventud viajaron al vecino pais del norte, laborando en una Tenería en la ciudad de Chicago, ILL, por espacio de tres años, en donde aprendieron técnicas y métodos de curtido más avanzados. Al regresar a la Tenería de su Papá, aplicaron técnicas mecánicas al movimiento de las pilas de curtido ya de manera automatizada, así mecanizaron por primera vez el curtido 100% manual a un curtido de 80% manual y 20 % mecanizado; con esto para el año de 1955 lograron reducir el tiempo de curtido a tan solo 4 meses.
Con el afán de mejorar aún más el proceso de curtido, y ya de manera independiente, para el año de 1978 nuestro padre logro reducirlo a dos meses y medio, además del mejoramiento de las instalaciones y el equipamiento de maquinaria al poner 3 tambores y 6 pilas nuevas para el curtido.
Continuando con la tradición de nuestro padre, nuestro proceso de curtido al vegetal tiene una duración de "treinta" días, en un proceso intercalado pila-tambor, con lo cual logramos que nuestro curtido al vegetal tenga tradición, lo que repercute en una flor suave y firme, que da bastante brillo al plancharla y tiene buena firmeza y durabilidad.